viernes, 5 de diciembre de 2008

El experimento. por: Gestapo.

Soy un maldito experimento, he visto por generaciones como cambian las costumbres de la gente, me incorporan en un nuevo cuerpo cada vez que el que tengo envejece, ellos no dejan que muera, vuelven y me reviven, con otro nombre, otra vida, de vuelta a ser un niño, luego en adulto y por ultimo en viejo, muero pero ellos vuelven y me hacen vivir, no sé de donde vienen, sólo sé es que vuelven y me resucitan. Una ves me acuerdo, estoy hablando de hace doscientos años atrás, antes de morir en aquel entonces por un accidente automovilístico, ellos me condusieron a un cuarto con diseño esférico, y me dijeron que de todas maneras yo debería saber que soy producto de la inmortalidad, que portal razón ya debería saber del por qué todos esos sueños y pesadillas eran muy comunes en mi mente. Son los que aparecen en mis sueños, en esos momentos mis pensamientos eran confusos, no sentía ni miedo y ni seguridad, me acostaron en una camilla y perdí los sentidos hasta que fue mañana. Al otro día me preguntaba que qué habrían hecho conmigo, cuando me levante, vi por todas partes mi cuerpo, no vi rasguños ni laceraciones de ninguna clase, le dije a June, mi hermanita que me observara la cabeza haber si tenia algo raro, como especie de puntos pero nada, todo estaba intacto y de una deducí que igual que todas esas imágenes que se me vienen a la cabeza, lo de anoche era lo mismo, sólo proyecciones imaginarias y eso puede ser consecuencias de ver mucho cine de terror de serie b. Eso fue hace casi doscientos años atrás y aún no sé si lo que me paso fue real.

Hoy es un día lluvioso, abro el paraguas para caminar hacia el sur, por la avenida principal, unos niños ríen jugando en una esquina con un balón dentro de una bolsa plástica, mientras camino veo el puente que conecta al sur, pienso en las veces que me quité la vida, pienso en esos momento reales como si hubiesen pasado pero dudando a la vez, pero también esa coincidencia de épocas, tengo recuerdos o imágenes en mi cerebro de diferentes momentos de la historia, eso sí, nunca fui nadie importante en la historia, tal vez podría serlo y descartar de nuevo el suicidio, para qué mierda volver a hacerlo, para parar en otra vida más injusta como lo han sido todas, en alguna encarnaciones tuve alegrías, personas que ame profundamente y personas que también odie con todas mis fuerzas, en este momento odio más personas que las que amo. Mis padres murieron producto de la tercera guerra mundial, fui adoptado por un viejo solitario que desde mis diez años me proporciono una buena educación burguesa, él ha muerto hace dos años, me dejó una buena herencia y dejé un veinticinco por ciento para mí y el resto lo doné a un reformatorio, no me gusta tener tanta comodidad para mí solo. Sigue lloviendo aun prolongándose el aguacero más intensamente, los autos pasan demasiado rápido salpicándome los pies pero eso a mí no me importa, por un momento deseo botar el paraguas al río o mejor aún botarme desde este puente, talvez no muera, el río está crecido y no creo que chocara contra el fondo, la corriente me llevaría a las afueras de la ciudad, pero no dudé en ningún instante para botar este paraguas, lanzo el paraguas, mientras que cae, el aire lo dobla bruscamente y revoletea un poco en medio de la borrasca hasta que por fin cae al río y es llevado por la corriente, pongo mi rostro en dirección al cielo en caos, me subo sin dificultad a la baranda del puente, sostengo el equilibrio y levanto mis brazos y cojo impulso para pegar un grito e irme a otra miserable vida, a lo mejor ya no me adoptará ningún burgués solitario, tal vez llegaré a ser un músico, ya es hora pensé en ese instante. –¡No lo hagas! –salio una voz de la nada, era un anciano. –No vale la pena joven, la vida es sólo una –al escuchar aquello que para mi situación era una mentira, decidí no matarme por el momento, bajar de aquella baranda y dirigirme hacia el anciano, a decirle: -Tú qué sabes que es la única vida que tendré? A caso me conoces? por si no lo sabias he tenido más vidas que un gato. –Jajajajajajaja –ríe el anciano parando de reír con dificultad para respirar, tose. –Usted si va morir de una bronquitis, eres muy viejo para mojarse como un chicuelo. –Para tu información es mi última vida, además ya estoy muy viejo y quiero descansar de una vez. –Bien pueda y le ayudo a subir al paral – el anciano da media vuelta y me dice mientras se alejaba: -Ya no tendré más vidas porque han dejado de experimentar conmigo, ya seré libre, no tendré más vidas, tal como me lo dijeron jejejej –y se aleja, dejándome atónito, no comprendía muy bien aquellas palabras pero si sabía que también había reencarnado muchas veces e igual que yo pero que estaba convencido que era su ultima vida. Yo salí detrás de él, dejé que cogiera paso, para cuando salimos del puente, el anciano llega a un pequeño parquecito solitario, pues solitario me imagino yo por la presencia de la lluvia, el anciano entra a un pequeño quiosco de venta de cafés y refrescos, pide el periódico y descarga su gabán sobre un perchero, se sienta en la ultima mesa, acomodando no sólo la silla en la que se iba a sentar, sino la silla de su lado, como si esperara a alguien, no me importó a quien estaba esperando y de una le caí y me le senté a su lado. –Disculpe señor, por qué dices que ya no vas a tener más vidas, a caso se acuerda de sus anteriores? –el anciano prende un cigarrillo salido de la nada, el espeso humo cubre su rostro como especie de veladura. –Eres también un experimento, verdad? –Cómo lo sabes? –No sé joven soy tan viejo desde hace mil años que soy susceptible a algunas cuestiones, me seguiste por eso mismo, porque te llamó la atención lo que dije, compaginaba con el problema de tu angustia pero creo que estamos de suerte hoy –se da la ultima bocanada de ese espeso humo y lo apaga en el cenicero, se levanta sin dificultad para la edad que aparentaba. –Bueno joven, yo me voy a descansar, gracias al azar divino no tienes que esperar más futuras reencarnaciones, ellos te lo advirtieron una vez pero no te dijeron del cómo terminaría la experimentación, yo tuve tres contactos con ellos, en el ultimo contacto me dijeron que dejarían de experimentar conmigo para cuando se tropezara con otro experimentado, pues usted es el experimentado, eso quiere decir que ya moriré en paz, pero no se preocupe joven – me sonríe con satisfacción y continua –ellos también me dijeron que aquel experimentado automáticamente dejaría de serlo, o sea que puedes volver al puente y botarte para descansar en paz, teniendo la seguridad que no te volverás a parar para observar un nuevo amanecer –el anciano toma su gabán, se lo pone y sale de allí perdiéndose entre la multitud que empieza a poblar el espacio por el simple hecho que ha dejado de llover, y yo, atónito de alegría, me devuelvo para el puente a terminar lo que no había terminado.