El humo de los cigarrillos no le permitía observar en su totalidad a los personajes que ocupaban la sala, es interesante darse cuenta de lo que puede llegar a hacer un grupo (en este caso, distorsión visual) sin siquiera proponérselo.
-¡Oh! Ahí estás. Mr. Pussy te ha estado esperando por horas y yo…
-Vamos Lucy, Gatita puede esperar. Sabe que soy la única que puede conseguir sus malditas drogas del crematorio. Y tú, pues…no hay problema. La policía no encontró evidencias en nuestra contra.
Observó sin asomo de preocupación el orden de las mesas, sus ojos se habían acostumbrado ya al humo. En una mesa de seis puestos, al fondo, se encontraba Mr. Pussy. Coincidieron las miradas, Mr. Pussy dijo algo al oído de uno de sus acompañantes, todos vestían jerséis a rayas.
-Te he esperado bastante tiempo, ¿sabes?
-¿Qué le parece el lugar?
-Me agrada, me agrada en verdad. Pero no cambies el tema. Sigo molesto por tu tardanza.
-He tenido una serie de inconvenientes con…ya sabe, los cirujanos. Han querido sacar mis muelas, y por supuesto no lo iba a permitir.
El rostro del señor Gatita se deformaba en una extraña mueca… ¡una sonrisa! Supo al fin.
Nunca le había visto tan feliz, desde la matanza de las microesferas.
-¡Je! Basta de recreo. Me alegra que estés bien Kat.
¿Has traído lo que te pedí?
-Claro…pero esta vez los costos han aumentado.
Inmediatamente los rumores, las conversaciones y risas que musicalizaban el salón, desaparecieron. Los acompañantes de Mr. Pussy se pusieron en pie, con cara de no tener muchos amigos.
-¡Jajaja! De verdad eres especial cariño, muy especial, ¡jajaja!
La risotada que lanzó Gatita envolvió el terrible silencio del lugar. Las copas volvieron a ser el eje central.
-Denle lo que pida, esta chica en verdad es especial.
Las paredes se tornaban azules, como si un gran reflector estuviera sobre ellas. Supo Kat que Mr. Pussy y sus amigos habían comprado el sintetizador. La imagen de Lucy, al extremo de la barra, se expandía sin aparente razón.
-¿Tan pronto?
-Así es Kat. Compraremos el próximo domingo d-2 una pantalla adulta…tú serás quien proponga la performancia, además.
-Me estaba divirtiendo bastante con ella. Creo que deberíamos…
-Es mejor que no creas en nada nena, los hologramas o las imágenes que se mueven allí, sabes que no existen.
-¡Claro que sí! ¡Lo hacen! ¡Existen!
-No te entretengas. Mira, te hemos traído un bonito jersey, uno a rayas, te va bien.
¿Me has traído lo que te pedí?
Todo se empezó a nublar para Kat. Las paredes, antes azules, se tornaban blancas. Casi tanto como su mente…sentía que no podía oponerse a nada, todo perdía su sentido.
El concepto desaparece.
-Oh, sí, las he traído.
-Te lo agradezco, en verdad las necesitaba.
¡Ah! Hemos comprado un sintetizador. Tú estarás en él.
-Vaya, he pensado que si Lucy…
-Ella no es real ¿lo entiendes ahora?
-Oh…
-Mira, siéntate, no pareces sentirte muy bien.
La música se hacía Noise y las relaciones sociales incrementaban su ritmo.
Lucy en el extremo, seguía en su lugar. Las voces se distorsionaban con el humo.
-Qué opinas de la nueva pantalla, ¿te va?
…
Luz Interior
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